¿Qué es el soborno?
Aunque hoy en día no existe una definición universal para el soborno, este fenómeno se puede generalizar diciendo que este acto sucede gracias a personas en puestos o situaciones que tengan cierto grado de poder que abusan de la confianza para obtener un beneficio propio.
Según Transparencia Internacional el soborno es el acto de “ofrecer, prometer, dar, aceptar o solicitar ventajas como incentivo para cometer una acción ilegal, poco ética o que implica un abuso de confianza. Los incentivos pueden ser: dinero, obsequios, préstamos, comisiones, recompensas y otros (servicios, donaciones, favores).”
Dentro del acto del soborno, o coloquialmente conocido como la “mordida”, existen dos distintas partes. La primera es categorizada como el “soborno activo”, lo cual se basa en la persona que ofrece, promete o da un soborno, y la segunda parte es el “soborno pasivo”, haciendo referencia a la otra parte de la acción, es decir, al actor que recibe, solicita o acepta tal soborno o mordida.
Algunos ejemplos del soborno activo es el acto de ofrecer una mordida a algún servidor público para poder obtener algún favor, una licencia, contratos públicos o evadir ciertos reglamentos.
Por el otro lado, correspondiendo a los ejemplos anteriores, los actores del soborno pasivo podrían ser funcionarios públicos como policías, diputados o senadores, jueces, trabajadores de secretarías o sindicatos y oficinas de trámites de permisos o licencias.
Esta relación que existe entre el soborno activo y el pasivo no solamente existe con servidores públicos, ya que se da de forma recurrente en el sector educativo, ya sea escuela pública o privada. De igual forma se presentan en el sector salud (hospitales), medios de comunicación, en las empresas privadas, dentro o fuera de estas y hasta en organizaciones de la sociedad civil.
¿Dónde suceden más los sobornos?
Para empezar con este tema, primero se enseñará algunos de los países con un mayor índice de corrupción, por ende una mayor facilidad para sobornar. Después algunos países con menor índice de corrupción y finalmente se mostrará el lugar de México. Esto según la evaluación del 2021 de “Datos Mundial”, donde se evalúan 116 países.
En los últimos 10 lugares (países con mayor corrupción) se encuentran Turkmenistán, Guinea Ecuatorial, Libia, Afganistán, Corea del Norte, Yemen, Venezuela, Siria, Somalia y en último lugar se encuentra Sudán del Sur. Todos estos países cuentan con un índice de corrupción mayor a 80.
Por otro lado, entre los 10 países con menos índice de corrupción se encuentra Dinamarca encabezando la lista, seguido por Finlandia, Nueva Zelanda, Noruega, Singapur, Suecia, Suiza, Países Bajos, Luxemburgo y Alemania. Estos países cuentan con un índice menor a 21.
Dentro de esta tabla creada por Datos Mundial en 2021, México se encuentra en el lugar 61, con un índice de corrupción de 69 puntos.
Es una creencia popular que la esté fenómeno nunca empieza en el sector público, sino que el privado, ya que estos (privados) son los que tienen intereses propios y por eso apuestan en campañas políticas, esperando beneficios en caso de una victoria, pero esto no está en todo lo correcto, ya que según la encuesta realizada en el 2020 por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) muestra otra realidad.
Según MCCI la mayor cantidad de sobornos en México ocurren dentro del Gobierno y el sector público con el 66.95% de las ocasiones, seguido por mordidas entre los mismos ciudadanos con el 21% y finalmente en el ámbito empresarial y el sector privado con el 5.98%.
Cuando se dice que el Gobierno de México y el sector público tienen el mayor porcentaje de sobornos, no sólo se refiere a las mordidas internas o favores que se hacen entre servidores públicos, sino a la entrega de licencias o permisos a ciudadanos.
Según José Roberto Arteaga, un columnista de Forbes, las cinco industrias que suelen sobornar con mayor frecuencia al sector público son de la industria de la construcción, industrias que impactan el medio ambiente, industrias farmacéuticas, exploraciones de minas y yacimientos y el retail.
Retomando la encuesta realizada por MCCI en el 2020, también se muestra la opinión general de quienes son los principales actores responsables en combatir a la corrupción y las mordidas. Encabezando el mayor grado de responsabilidad se encuentran los ciudadanos
¿Cómo nos afecta?
El fenómeno del soborno es un acto que beneficia a un par de personas, pero esta “mordida” realmente nos termina costando al resto de la población, ya que este acto tiene como consecuencia una penitencia económica.
Para empezar, hay dos tipos de costos monetarios que ocasionan los actos de corrupción, como el soborno.
El primer tipo es el indirecto, el cual puede ser de tipo monetario o no. Este tipo de daño puede generar desconfianza en las instituciones, desigualdad en la distribución de los recursos, la disminución de inversión extranjera, entre otros casos de legitimidad.
El segundo tipo es el daño directo, el cual es el dinero destinado por las empresas y los ciudadanos a los sobornos que deben otorgar a otros ciudadanos, intermediarios o servidores públicos para agilizar, aprobar o evitar cualquier tipo de trámite.
Aunque el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) declaró que los actos de sobornos o “mordidas” son mayor en la población que en el ámbito empresarial.
Entre las empresas, servidores públicos y ciudadanos en general, el INEGI reportó que la cifra en sobornos asciende a 9.500 millones de pesos, lo que equivale a 3,044 pesos en promedio por persona afectada.
Aparte del costo monetario que nos cuesta como ciudadanos el acto de las mordidas y los daños de tipo indirecto que ocasiona como la disminución de inversión extranjera o una incompetencia económica, los sobornos también pueden poner la vida de los ciudadanos en riesgo y ocasionar accidentes, esto a causa de negligencias a la hora de solicitar permisos, licencias o cualquier tipo de trámite.
El fenómeno del soborno también afecta de forma directa a la ideología de una sociedad, haciéndolos caer en la falsa idea de que este es un acto cultural y es parte natural del ciudadano. Por esa razón, es sumamente importante combatirla e intentar reducirla o erradicarla.
Casos de reducción del soborno
Alrededor del mundo hay países que han reducido el fenómeno del soborno dentro de sus países, por ende, generando un mayor crecimiento económico dentro de este, gracias al incremento de la competencia económica local y la inversión extranjera.
Lo mencionado anteriormente suena de maravilla, pero la pregunta más importante es, ¿cuáles son las formas que los países logran esto?
Un ejemplo claro es Singapur, un país hoy en día conocido por ser el segundo puerto de Asia más importante y un país con un índice de corrupción muy bajo, pero esto no siempre fue así.
Antes de 1965 Singapur era una isla perteneciente a las colonias británicas, donde los actos de corrupción como el soborno predominaba en el régimen, colocándolos como un país o colonia pobre, pero después de su independencia, bajo el liderazgo de Lee Kuan Yew por más de 30 años, Singapur empezó a combatir la corrupción.
Empezó creando varias reformas y leyes anticorrupción como La Ley de la Prevención de la Corrupción y la Ley de Corrupción, Tráfico de Drogas y Otros Delitos Graves. Para estas tareas, Singapur cuenta con la Oficina de Investigación de Prácticas Corruptas, la cual está bajo el mando del Primer Ministro.
Pero para poder combatir realmente la corrupción no solo bastó con crear esas leyes e instituciones, sino que se implementó un fuerte sistema de vigilancia a los ciudadanos y servidores públicos, quitándoles cierta autonomía y libertad de como llevar sus vidas y finanzas. De igual forma, se incrementaron de gran forma las penas y castigos a las personas que fueran sorprendidas cometiendo algún soborno. Un ejemplo puede ser desde la pérdida al derecho de una pensión para el retiro hasta la pena de muerte.
Iniciativas o Políticas Públicas (PP) para minimizar la corrupción
En México, aunque tenemos un índice mucho mayor de corrupción que Singapur y no contamos con penas legales tan duras o severas para los ciudadanos o servidores públicos, no significa que no tengamos iniciativas o políticas públicas para combatir la corrupción.
La Política Nacional Anticorrupción (PNA) fue aprobada el 29 de enero de 2020 bajo el cargo del Comité Nacional Anticorrupción, esto con el objetivo de planificar un rumbo estratégico que ayude a combatir la corrupción dentro de México.
Esta política que busca combatir la corrupción está diseñada por expertos de la organización de la sociedad civil, académicos, empresarios y algunos otros actores políticos que estén interesados en este tema.
La Política Nacional Anticorrupción cuenta con cuatro diferentes ejes estratégicos para combatir el acto del soborno.
Combatir la corrupción y la impunidad- Se basa en la prevención, detección, denuncia, investigación y sanción de las faltas administrativas
Combatir la arbitrariedad y el abuso de poder- Se basa en la profesionalización e integridad en el servicio público, procesos institucionales y en la auditoría y fiscalización.
Promover la mejora de la gestión pública y los puntos de contacto del gobierno y la sociedad- Se basa en los puntos de contacto del gobierno-ciudadanía (servicios, trámites y programas públicos) y en los puntos de contacto del gobierno-iniciativa privada.
Involucrar a la sociedad y el sector privado- Se basa en la participación ciudadana (vigilancia, colaboración y cocreación), corresponsabilidad e integridad empresarial y la educación y comunicación para el control de la corrupción.
México tiene sus propias políticas públicas para combatir la corrupción dentro de su país, pero esto no significa que esté incomunicado con el resto de países que luchan contra la corrupción o que esté libre de críticas o retroalimentaciones en su PP por parte de otros países, ya que los Estados Unidos Mexicanos forma parte de algunas instituciones internacionales que combaten el acto de los sobornos como lo son Transparencia Internacional o la misma ONU.
Iniciativas ciudadanas para minimizar la corrupción
La lucha contra la corrupción y los sobornos o “mordidas” en parte es la responsabilidad del gobierno y los funcionarios públicos, pero por otra parte, el gobierno necesita la ayuda de empresarios, organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía en general para poder combatir este fenómeno.
Un ejemplo podría ser una asociación de la sociedad civil ya mencionada anteriormente, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), la cual proporcionó 10 propuestas para erradicar los sobornos.
Dentro de las 10 propuestas se encuentran algunas como el fortalecimiento de instituciones que combaten la corrupción, la creación de un padrón único de proveedores y contratistas del gobierno, impulsar la bancarización y eliminar el uso de dinero en efectivo para transacciones gubernamentales, la creación de un padrón único de beneficiarios de programas sociales, el reforzamiento de mecanismos de transparencia y la difusión de datos públicos, expandir la cultura de denuncias con seguridad, erradicar el financiamiento ilegal de campañas políticas entre otras propuestas.
Esa es una forma de iniciativa por parte de la ciudadanía para combatir la corrupción, pero existen otras maneras. Otra manera de generar una iniciativa puede ser la búsqueda de creación de conciencia de los ciudadanos.
Un ejemplo de esto puede ser la iniciativa que llevamos a cabo dentro de nuestra organización de la sociedad civil “Mejor México”. Esta iniciativa se basó en acercarse a personas en un parque que se encontraran con su perro para hacerles unas simples preguntas “disculpa ¿tu perro muerde? ¿y tú, das mordidas?”. Esto podría generar incomodidad si la persona cuestionada si daba mordidas, pero sobre todo, generaba conciencia.
Es importante tener en cuenta todo lo mencionado anteriormente para poder empezar a generar una conciencia socialmente responsable e impulsarla y expandirla con personas cercanas y dentro de tu comunidad, ya que saber las consecuencias de un soborno, sin importar que tan chico o grande sea, son masivas para una nación y terminan afectándonos a todos de maneras directas e indirectas y no hacer nada, sería estar a favor del equipo de la impunidad.
Jóvenes generando un cambio
Aunque uno puede llegar a pensar que no puede lograr un cambio dentro del mundo o al menos de su entorno, es necesario recordar que está en lo incorrecto, ya que todos nacemos con el poder de empezar una iniciativa para lograr un cambio, solo tenemos que reconocerlo y comenzar a trabajar. No importa cual sea el tema de interés que uno quiera cambiar, siempre y cuando este sea para la mejora su entorno y una sociedad.
Un ejemplo muy conocido de una persona que se ha dado a conocer mundialmente por su iniciativa de querer mejorar el mundo es Greta Thunberg, una niña nacida en Estocolmo en 2003.
Greta es una activista juvenil sumamente preocupada por el medio ambiente y el cambio climático que ha logrado hablar con y frente a muchos líderes del mundo, ya sea dentro de conferencias, parlamentos o hasta la misma ONU.
Con tan corta edad, Thunberg ha logrado obtener algunos reconocimientos como llegar a ser galardonada con la beca Fryshuset del Modelo Joven del Año en 2018,
ser proclamada la mujer más importante en Suecia en el Día Internacional de la Mujer en 2019, hasta ser nominada al Premio Nobel de la Paz en 2019. También ha logrado que jóvenes alrededor del mundo se junten y manifiesten su inquietud por el cambio climático. Pero lo más importante, es que Greta ha logrado que muchas personas de diferentes generaciones se preocupen y genere conciencia de la importancia de cuidar nuestro mundo.
Otro ejemplo muy conocido es Malala Yousafzai, una joven pakistaní que es mundialmente conocida por ser una mujer que busca un cambio en la sociedad, luchando por los derechos de las niñas y las mujeres, principalmente por su educación.
Malala nació en 1997 bajo el régimen terrorista del Tehrik en Pakistán, el cual prohibió la educación de las niñas del año 2003 al 2009. Durante un documental dirigido por unos trabajadores del New York Times, titulado “Pérdida de Clases, la Muerte de la Educación de las Mujeres”, Malala tuvo la oportunidad de aparecer dentro del documental, abriéndole camino a su futura lucha por las mujeres.
Gracias al compromiso de la joven Malala por mejorar la sociedad ha tenido muchos reconocimientos, uno de ellos siendo el Premio Nobel a la Paz en 2014, convirtiéndola en la persona más jóven en recibir uno de estos.
Como estos dos ejemplos hay muchos otros jóvenes activistas que luchan por un cambio dentro de su entorno, comunidad, país o hasta todo el mundo. Jóvenes como Manu Gaspar (Filipinas), Adriana Bottini (Venezuela), Brayan Monsalve (Colombia), Lehlogonolo Muthevhuli (Sudáfrica) y muchos otros que reconocieron el poder que tienen para lograr una mejora dentro del mundo.
Bibliografía:
https://www.amnesty.org/es/latest/campaigns/2019/08/ten-young-activists-shaping-the-world-they-want/
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